A
veces pienso que es solo un sueño o quizás una pesadilla que me atormenta con
realidad.
Tocar
tu piel se ha vuelto mi más grande dicha o mi más grande tortura, no sé si es
realidad o sueño, no sé si es verdad o un producto de mi desdichada imaginación,
una poesía en mi mente o una traición de mi subconsciente.
La
manera más correcta es quizás la más osada recuerdo haberte visto con ese bello
y casi traslucido vestido enseñabas demasiada piel, esa hermosa y tersa piel
adornada de lunares. Nos aproximamos con un poco de temor no sabíamos si era
correcto o estábamos demasiado ansiosos, inundados de un deseo que fácilmente
podía ser eclipsado por el miedo. Un miedo de que termináramos siendo
encadenados por la pasión que destilaban nuestros poros.
Tu
cuerpo desnudo es la cura de la soledad y también el detonante de una locura de
obsesión. Tocarte es algo tan sublime que no puedo describirlo, sentir tu
respirar es una caricia tan provocativa que imposibilita detener las ganas de besarte.
Besar toda tu piel se convierte en una fantasía hecha realidad. Tus zonas
calidas se convierten en la obsesión de mis labios traviesos, tu pecho tibio y
esos pezones valientes luchan con mis dientes y manos, una lucha que no se si
estoy ganando o estas ganando.
No
sé si es verdad que me encuentro en un lugar que no ha sido tocado o explorado
en mucho tiempo pero me fascina creer que nadie ha recorrido ese valle como yo,
me sentí como todo un conquistador que encontró el éxtasis, un provocador de
tal reacción que se vuelve un terremoto de emociones y apenas estamos empezando…
No hay comentarios:
Publicar un comentario