En que pensamientos puedes hundirte mientras tu alma se encuentra en soledad, impulsos eléctricos que mando tu cerebro para saber si estas vivo, ligeras visiones de un mundo que fue. La vida a veces parece armarse solo de recuerdos, y algunos de esos fueron sensaciones inolvidables. La piel lleva un registro de todas las batallas que tenemos, las manos son las principales guerreras de semejante lucha y en ellas está un compendio de texturas y marcas.
Era un lunes 22 de agosto, un
hotelito sobre avenida. Llegaste media hora tarde con una cara muy relajada,
con unos audífonos escuchando merengue. Pude ver a una mujer muy delgada,
vestida muy normal, relajada y quizás un poco decepcionada o quizás estabas
triste por algo, recuerdo perfectamente tu vestido rojo, negro y blanco como un
cuadro de Pollok me perdí en el patrón de la falda hasta que un tatuaje
distrajo mi atención, estaba contemplando la delicadeza de su cuerpo cuando mi
falta de habla te hizo iniciar con la preguntas, típicas de un encuentro de
este tipo. Todo iba como se supone debe ir, hasta que un acercamiento de mi
parte me convirtió en algo que creí perdido. Había magia dentro de ti, una
magia que solo pude encontrar dos veces, ahora tres. Respirarte era absorber la
esencia de algo travieso, de algo pícaro, de algo lleno una perversidad que no parecía
real. Como?? Como es que una mujer que parecía algo inocente tenía tanta energía
sexual??
Quería descubrir más y necesitaba
probar tu sexo, lo hice. estaba loco pero me contuve, quería sacar tu parte
oscura con la lengua a través de tu clítoris, fue pura magia, casi se sentía irreal,
pero respondías bien a los estoques y cruces de mi lengua traviesa, me sentía vivo
y con ganas de mas pero mi cabeza es muy traicionera y tuvo presente que las
veces anteriores que encontré una magia parecida solo fueron de un momento y
ahora no quería que sucediese lo mismo, el destino me había presentado una vez más
con la ambrosia, una materialización de afrodita o quizás solo máxima empatía sexual
que podre sentir, nunca sabré como describir semejante vínculo solo pensaba que
deseaba envolverme en tu piel, estar dentro de ti y no salir nunca.
El tiempo voló y no hice nada que
no fuese comerte con la boca, quizás no había necesidad de nada más, yo quería más
pero era imposible. Lo mejor de todo era que estabas a mi alcance y que podía volverte
a verte, pensé en prepararme para enseñarte lo que podía hacer pero mi adicción
a tal emoción fue más grande que los planes de conseguir una mejor versión de mí.
Estar contigo es como nadar en la
lujuria y tocarte es como quemarse en el deseo…
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