lunes, 19 de diciembre de 2022

De la nada

En que pensamientos puedes hundirte mientras tu alma se encuentra en soledad, impulsos eléctricos que mando tu cerebro para saber si estas vivo, ligeras visiones de un mundo que fue. La vida a veces parece armarse solo de recuerdos, y algunos de esos fueron sensaciones inolvidables. La piel lleva un registro de todas las batallas que tenemos, las manos son las principales guerreras de semejante lucha y en ellas está un compendio de texturas y marcas. 

Era un lunes 22 de agosto, un hotelito sobre avenida. Llegaste media hora tarde con una cara muy relajada, con unos audífonos escuchando merengue. Pude ver a una mujer muy delgada, vestida muy normal, relajada y quizás un poco decepcionada o quizás estabas triste por algo, recuerdo perfectamente tu vestido rojo, negro y blanco como un cuadro de Pollok me perdí en el patrón de la falda hasta que un tatuaje distrajo mi atención, estaba contemplando la delicadeza de su cuerpo cuando mi falta de habla te hizo iniciar con la preguntas, típicas de un encuentro de este tipo. Todo iba como se supone debe ir, hasta que un acercamiento de mi parte me convirtió en algo que creí perdido. Había magia dentro de ti, una magia que solo pude encontrar dos veces, ahora tres. Respirarte era absorber la esencia de algo travieso, de algo pícaro, de algo lleno una perversidad que no parecía real. Como?? Como es que una mujer que parecía algo inocente tenía tanta energía sexual??

Quería descubrir más y necesitaba probar tu sexo, lo hice. estaba loco pero me contuve, quería sacar tu parte oscura con la lengua a través de tu clítoris, fue pura magia, casi se sentía irreal, pero respondías bien a los estoques y cruces de mi lengua traviesa, me sentía vivo y con ganas de mas pero mi cabeza es muy traicionera y tuvo presente que las veces anteriores que encontré una magia parecida solo fueron de un momento y ahora no quería que sucediese lo mismo, el destino me había presentado una vez más con la ambrosia, una materialización de afrodita o quizás solo máxima empatía sexual que podre sentir, nunca sabré como describir semejante vínculo solo pensaba que deseaba envolverme en tu piel, estar dentro de ti y no salir nunca.

El tiempo voló y no hice nada que no fuese comerte con la boca, quizás no había necesidad de nada más, yo quería más pero era imposible. Lo mejor de todo era que estabas a mi alcance y que podía volverte a verte, pensé en prepararme para enseñarte lo que podía hacer pero mi adicción a tal emoción fue más grande que los planes de conseguir una mejor versión de mí.

Estar contigo es como nadar en la lujuria y tocarte es como quemarse en el deseo…


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