Estaba esperándote un viernes 26
de un interminable agosto, mis manos estaban algo inquietas con ganas de tocar
mi sexo duro que ya estaba deseoso de ti, no llegabas y empezaba a impacientarme
me bañe por segunda vez para evitar “un accidente”. El sonido característico de
una dama al caminar solo puede ser bien pregonado por un par de tacones.
No pude contener mis ganas mi fui
directo a ti, besos, jadeos y gemidos. Te despoje de un vestido de lunares
otoñales muy ceñido, como bella envoltura del hermoso regalo que es tu desnudez,
no tenías nada debajo, como toda una traviesa. Me provoca tanto tu locura que te
recosté sobre la cama, sentí tus nervios y me volví loco, besaba de manera
traviesa tus muslos, tu ingle tan llena de cosquillas, jugaba con la idea de
provocarte entre placer, cosquillas y otras cosas. No sabes lo rico que es
lamer tu sexo y la reacción que provoco, mi lengua hace lo que le da la gana es
difícil concentrarse en tu botón de orgasmos cuando de la vagina sale tu deseo
por ser penetrada, adoro el sabor que emana de tu sexo imposible no notarlo,
hay un batalla en mi cabeza ya que hacer todo eso te provoca y te gusta y a mí
me pone duro y deseoso de estar dentro de ti para provocarte otros placeres,
pero aprendí que es más rico entrar después de uno o dos orgasmos porque
adentro está caliente y mojado, necesito concentrarme ya que tu vagina cada vez
me invita más a entrar ya no solo lubrica ahora también desprende un aroma
incitador que sumado a tus gemidos y tus movimientos lo hacen una odisea de
placer y prohibición. Mi lengua y mi labios arremeten contra ti, buscan interminablemente
tu placer hago lo que siento que pone más loca, sensaciones que transmites a través
de tu boca, que a veces tapas y en otras te muerdes labio y dedos, mismo que a
veces bajan para liberar espacio y poder comerte más profundo, estás loca de
placer y te mueves al ritmo de mi lengua. Me agarras la cabeza y la pegas fuertemente
a tu cuerpo, somos uno entendiendo que es lo que nos vuelve locos. No puedo
describir lo maravilloso que es escuchar ese gemido al terminar de menos a más
se escapa un demonio lujurioso, pero no es el fin, es un inicio.
Da comienzo un festín de besos,
me encanta darte a probar tu orgasmo, que se pierda entre la fusión de nuestras
lenguas traviesas y deseosas. Esos besos son pura y vil lujuria, provocación e incitación
a continuar con mi faena, ese día tenía muchas ganas de ti, recuerdo que te
puse de perrito, me encanta verte en esa pose, es como una pintura, verte el
culo así es todo un arte. No sabes lo deseoso que estaba de penetrarte, tu
vagina estaba como me gusta, caliente y muy mojada, mi verga entra y sale
delicioso cuando estas así, el espectáculo visual de tu cuerpo recibiendo mis embates
no tiene comparación, me prende, me calienta, me excita y me produce más ganas
de seguirte dando, la sensación en mi verga es increíble siento como se abre
camino dentro de ti. Estoy entre lo que quieren mis ojos y lo que quiere mi
boca, mis ojos no quieren dejar de verte mover tu cuerpo, apretar las cobijas o
lo que tengas en las manos y, mi boca quiere fusionarte un rato más con la
tuya, que rico es besarte mientras te la meto, al final gana ese deseo y te
volteo.
Que hermoso es tu cuerpo,
recostado esperando deseoso a volverme a recibir, tu mirada se fija a la mía como
indicando que no tarde, que quieres más, que necesitas más y así, sin más te la
dejo ir con fuerza, te gusta y lo hago de nuevo, jugueteo con profundidad e
intensidad, que rico es darte estoques y luego meterla de golpe, y también darte
con fuerza y con rapidez la sensación es tremenda, no quiero dejar de hacerlo,
me acerco a besarte mientras te penetro, me encanta tu cara de placer y tus
gemidos, respondes bien a todo lo que hago y siento que tienes ganas de
arañarme y me encanta provocarlo, no te da confianza y te detienes como lo hice
yo al evitar nalguearte (víctimas de lo que va empezando), pero el momento es
tan sublime que no paro de darte con más fuerza y más ganas, tus gemidos son
tan intensos y tan incitadores que no quiero parar pero mi corazón late tan
fuerte que no pude evitar hacerlo, pare, me detuve pero solo para volver a
bajar y terminar con mi lengua lo que no pude con mi cuerpo.
Ya no hay paz en mi cabeza, te
como con más fuerza, mi lengua no puede ser delicada, siento esa dualidad entre
dolor y placer, mi respiración seca y mi lengua vuelve a humedecer tu clítoris
que esta tenso, deseoso y palpitante, lamerlo es un deleite y el cascabeleo de
tus muslos me muestra lo placentero que es todo eso para ti, de la nada vuelves
a explotar y yo quiero seguir y me apartas pues no puedes más, caemos rendidos jadeantes
y felices. Tu piel esta erizada y sensible, mis manos se inundad de una sensación
eléctrica que hay por toda ella. Me besas y me besas luego sonreímos al mirarnos
sabemos que es algo que queremos volver a sentir y sabemos que lo volveremos a
hacer.
Somos cómplices de esta travesura
y seremos cómplices de muchas más perversidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario